Octavo episodio de The Last of Us: el terror viene de los humanos
Hacia el final, el octavo episodio de The Last of Us es un viaje terrorífico en el que los humanos son el principal peligro.
Durante los siete episodios anteriores de The Last of Us, la serie trató de mostrar en general los efectos que el terrible escenario del universo en el que se desarrolla la historia estaba teniendo sobre sus habitantes, con personas que descubrían enamoradas formas de vivir o intensificaban el odio en relación a su situación vital.
En el penúltimo episodio, sin embargo, todo cambió: con la introducción de David y su culto caníbal, el "mal" tomó forma y fue tangible, sirviendo como otra transición difícil en la triste vida de Ellie y su viaje con Joel. A continuación, la reseña del episodio:
Advertencia: ¡spoilers por delante!
Ellie y el fin de su inocencia
Pensar en lo que hemos visto hasta ahora de The Last of Us es pensar en una dicotomía de la reacción humana ante el escenario postapocalíptico de la serie. Mientras unos encontraron la fuerza en el amor o uniéndose y creando una nueva sociedad, otros tuvieron que hacer cosas más oscuras y complicadas, y cuando perdieron sus anclas a la humanidad, se embarcaron en un enorme viaje de venganza que acabó sellando sus destinos.
En el episodio 8, vimos una tercera vía, por así decirlo. Con David (Scott Shepherd) y su secta caníbal, tuvimos nuestro primer contacto con algo verdaderamente maligno y perturbador en la serie -me atrevería a decir, incluso, que este es el episodio más terrorífico de la adaptación hasta el momento, sin necesidad de los infectados para incomodarnos-.
Adaptación de la sesión de invierno del juego, el octavo episodio de The Last of Us tiene una sinopsis sencilla: todavía buscando la forma de ayudar a recuperarse a Joel tras la crítica herida que sufrió al final del sexto episodio, Ellie encuentra a David, líder del grupo de supervivientes del que formaba parte el atacante de Joel. Intentando proteger a su compañero de viaje, acaba siendo capturada, y en ello se suceden una serie de acontecimientos que la despojan de su inocencia.
Gran parte del episodio utiliza las conversaciones entre Ellie y David como hilo conductor de la tensión, y las interpretaciones estelares de ambos actores intensifican estos momentos. David, con su encanto casi religioso, revela los aterradores fragmentos de su existencia y su secta a la chica, que se mantiene firme e intenta no machacarse por el espantoso escenario en el que se ha metido.
La situación se complica cuando el canibalismo del grupo de David le es revelado a Ellie, quien, gracias a la increíble interpretación de Bella Ramsey, tiene una falta de confianza en lo que está sucediendo en su rostro. Es impresionante e incómodo y crea en el espectador los mismos sentimientos que está experimentando la chica.
Pero quizá lo más incómodo ni siquiera sea eso, sino el hecho de que la adaptación vuelve a tomar un subtexto de la obra y lo hace explícito: David es un pedófilo y sus interacciones con Ellie tienen un terrible subtexto sexual que genera una enorme repulsión, todo ello apoyado por la existencia de la mano derecha de David, James, interpretado en la serie por Troy Baker, el actor de doblaje de Joel no jogos.
Todo ello hace que el momento en el que Ellie escapa y luego, para sobrevivir, ataca brutalmente a David se convierta en algo extremadamente catártico -una liberación del odio y el miedo que la chica estaba experimentando al mismo tiempo que un castigo imaginado como propio del villano incluso por el menos castigador de los espectadores, pero que pronto adquiere tintes mucho más agridulces al darse cuenta, cuando la adrenalina del momento pasa, de lo que Ellie quiere decir.
Mientras que en algunos episodios un disparo para defender a Joel asusta y deja a la chica en estado de shock, la demostración gráfica de violencia contra el jefe caníbal, en secuencias espantosamente repugnantes pero bellamente rodadas, supone una pérdida de inocencia mucho mayor para el personaje.
Por parte de Joel
Mientras Ellie sufre y experimenta todo lo que David significa, también tenemos a Joel, que, ya mucho más recuperado, cuando se da cuenta de que Ellie ha desaparecido, se pone en marcha para encontrarla. Pedro Pascal, como siempre excelente como padre adoptivo en busca de su hija, presenta a los espectadores de la adaptación un lado más oscuro de Joel.
Verán, en el juego original la forma en la que se nos presenta a Joel es mucho más dura y violenta que su versión en la adaptación - que durante los ocho episodios hasta la fecha presentaba numerosos momentos en los que era una versión con más capas y más problemas mentales tras los 20 años transcurridos desde la muerte de su hija Sara.
El problema, sin embargo, es que en el juego, con la presentación más violenta, el final de la historia y la decisión de Joel de hacerlo son coherentes con lo que sabíamos del personaje - y honestamente, en la serie, si no hubiera mostrado un lado oscuro antes del final de la temporada, tal vez parecería nada.
Ese miedo queda enterrado cuando Joel asesina a sangre fría a los miembros de la secta de David en la búsqueda de Ellie, aunque. No hay posibilidad de conversación como en otros momentos de la serie, o responden a lo que quiere este triste padre o la muerte será la única opción. Es intenso, frío y demuestra que Joel hará cualquier cosa por el bien de Ellie, su relación ya está bien establecida.
Pero para ambos personajes la situación es mucho más intensa y caliente al final del episodio, cuando se reencuentran y Joel ve la cara de Ellie toda ensangrentada. En una hermosa conclusión, los personajes se abrazan, como padre e hija, y siguen sus propios caminos, intentando olvidar los traumas que vivieron allí y avanzando hacia su objetivo. Es melancólico y preciso.
El camino hacia el final se completa en The Last of Us
Tras ocho episodios, todas las cartas de la relación entre Joel y Ellie están ya sobre la mesa Desde la incomodidad inicial de los personajes, pasando por los intentos de la adolescente de extraer algo de calidez de la frialdad de Joel, hasta los sacrificios que ambos hicieron para estar el uno para el otro, no hay nada más que cuestionar sobre el vínculo: ahora son padre e hija, y con ello, la conclusión de la serie puede llegar por fin con el punch emocional necesario.
Es interesante ver cómo el penúltimo episodio, a pesar de ser el más terrorífico, fue también el que más vendió esta relación entre los dos protagonistas, aunque la interacción se limite a un abrazo al final. Todas sus decisiones y comportamientos conducen al mismo lugar: la protección y el bienestar mutuos, y esto es lo que hace que la historia de The Last of Us sea tan buena.
Al final, se trata de ver florecer la paternidad, y con la conclusión de la semana que viene, eso ocurrirá por fin.
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